Arcis planeó la logística operativa junto con su equipo local en Honduras. El equipo se dividió en cinco vehículos para lograr la extracción de un grupo de estudiantes distribuidos en las comunidades de Mapulaca, Gracias, Candelaria, La Unión, Belén, Santa Rosa de Copán y Tomala. A pesar de contar con los permisos gubernamentales adecuados, así como la aprobación de los alcaldes locales, la ejecución de la evacuación no fue sencilla porque los residentes locales se mostraron inflexibles en contra de dejar pasar a los agentes. La habilidad y la experiencia de los agentes eran necesarias para negociar el paso con los lugareños que habían improvisado bloqueos de carreteras con barreras de arena, cableado, árboles y un pequeño grupo de personas que vigilaban el acceso. Después de una negociación exitosa, se les otorgó a los agentes de Arcis el pasaje para llegar a los evacuados que luego fueron trasladados a un lugar seguro mientras esperaban el traslado al Aeropuerto Internacional de Toncontín en Tegucigalpa. A la mañana siguiente, un charter privado voló a los 45 pasajeros a México. Nuestros agentes se quedaron con los evacuados hasta que se aseguraron de que todos los ciudadanos británicos y mexicanos hubieran abordado con seguridad su vuelo a Toluca, Estado de México. En el aeropuerto internacional de Toluca, nueve agentes de seguridad de Arcis les dieron la bienvenida. Con nueve camiones suburbanos, los agentes los llevaron al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, a dos horas de Toluca, donde los evacuados finalmente pudieron tomar sus vuelos de regreso a sus países de origen. Arcis requirió operaciones de 72 horas para completar la evacuación y cumplir con el objetivo de devolver a todos de manera segura a sus países de origen y a sus familias.